Microrrelatos

Letras y ficción
Relato
Créditos de la imagen: Sasha Freemind en Unsplash

Por Nahobi GB

Corte y queda

El insomnio seguirá persiguiéndome si no aclaro esta incertidumbre mental. No le escribo a tus besos, no le escribo a tus caricias; ni a tus lágrimas que explicaban cuanto me amabas, mejor que tus palabras. Tampoco le escribo a tus mentiras, no le escribo a tus humillaciones, ni al odio que utilizas como cortina para esconder cuanto aún me amas. No le escribo a tu imagen, le escribo a la mía.

Sobre el duelo y el adiós

Ensayo
Mi padre saludando a la cámara en uno de los últimos viajes que hicimos juntos. (Créditos de la imagen: Estefanía Cervantes)

Por Estefanía Cervantes

«La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan».

-Isabel Allende

Recibí esa llamada a las 6 pm. Por un par de minutos -que parecieron eternos- mi mente no podía asimilar la noticia que acababa de recibir. Quería gritar y lo hice; quería llorar, pero las lágrimas no salían. Me dolió cada parte de mi cuerpo y por momentos no me sentía presente. “Tu papá acaba de fallecer”, fueron palabras que tardé en comprender. 

Quiero sentir tu amor por siempre

Ensayo

Por Asenet Nava

Una tarde de lluvia, donde el frío entumece los huesos, entré a la sala de estudio de mi casa; todo estaba en su lugar, el escritorio limpio como siempre, los libros estaban apilados, pero había algo diferente en el librero, una singular y pequeña libreta blanca que me remontó a mi infancia en cuestión de segundos. Aquel cuaderno donde mi mamá escribía recetas de cocina, números telefónicos y notas sobre su trabajo. 

Al tomar el pequeño cuadernillo y hojear las hojas color café, pensé en la gran mujer que me ha cuidado toda una vida, siempre preocupada por mi estabilidad, mi educación, mi felicidad y mi bienestar. Mi infancia fue dichosa y llena de alegría gracias a su amor y cariño. Cada tarde jugaba conmigo a pesar de las miles de cosas que tenía en su apretada agenda; me brindaba una de las cosas más valiosas de la vida: tiempo, y es que siempre ha estado ahí, en mis triunfos y fracasos. Me remontó a cada momento que hemos pasado juntas, cada abrazo, cada beso lleno de amor, cada caricia. Pienso en todas las veces que me he resfriado y me cubre con una cobija para que mejore. En esta tarde lluviosa, me siento afortunada por estar en una casa donde abunda el amor.

El olor del amor

Letras y ficción
Relato

Por Ximena Tercero

Crédito: Ximena Tercero

Nací en la sobrepoblada Ciudad de México, justo antes del inicio del nuevo milenio, 31 de diciembre de 1999 a las 11:59. He vivido aquí toda mi vida y aunque algunos días me disguste el ruido o el tráfico, no hay día que no me gusten sus colores, su diversidad, sus olores, sus voces y, por supuesto, Luisa. Pienso mucho, pero no hablo tanto. ¿Religión? ¿Política? Son temas muy complejos y si me tengo que describir, siempre los evito. Dudo que un conjunto de nombres y palabras realmente sirvan para definir a una persona, por eso, sólo diré que soy un ser humano y sentí la necesidad de contarles mi historia. Contarla a todos y especialmente a ti, Luisa.

Reflexión del amor

Ensayo
Género

Por Crezia Mondragón

Desde que era pequeña me dijeron que el amor es cuando no puedes vivir sin la otra persona. Las películas me enseñaron que algún día llegaría mi príncipe, yo le serviría y pariría a sus hijos. A los hombres se les enseñaba algo igualmente enfermo, se les decía que no lloraran, que tenían que proveer para la familia, que habría que ser masculinos. Eso nos ha arruinado a muchos. Sin embargo, no lo entendí hasta que alguien me dijo: “Quiero ser el Romeo de tu Julieta”. Estoy segura de que en su mente sonó como lo más romántico que alguien haya dicho pero para mí fue aterrador y me dije: “¿Qué historia de amor puede terminar con suicidio?”. Sé bien que el ejemplo es contraproducente pues estrictamente hablando Romeo y Julieta es una obra dramática. No obstante, en mi experiencia la gente toma estos referentes como historias de amor y lo mismo sucede con películas como La bella durmiente donde un extraño besa a una mujer dormida porque le pareció bonita ¿Acaso no es alarmante que consideremos esto como amor? Algo aún más tétrico es esa horrible costumbre de preguntarle a los niños: ¿Y el novio?, ¿y la novia?