Por AnaSofía Flores
Durante muchos años, las mujeres han estado sujetas a normas impuestas por una sociedad patriarcal, lo que ha resultado en desigualdades que nos niegan la posibilidad de participar en la esfera pública. El gobierno ha sido uno de los principales beneficiarios del sistema patriarcal, lo que limita la participación de las mujeres en ámbitos como lo religioso, político, económico y deportivo. Esta situación genera una marcada desigualdad de género, la cual se refleja en diversos aspectos.
La sociedad patriarcal ha impuesto roles históricamente a las mujeres: como esposas, madres y cuidadoras, lo que lleva muchas veces a no comprender que nuestro papel puede llegar mucho más allá y que podemos liderar en cualquier espacio que busquemos. El ámbito tecnológico y los medios de comunicación romantizan a menudo estos roles, lo que dificulta comprender que nuestro papel puede ser mucho más amplio y que podemos contribuir en ámbitos como el religioso, político o económico e incluso el deportivo.