Este texto es una continuación de la reflexión
Señor travesura y señorita elevador,
escrito por la misma autora.
Por Priscila Torres
¿Recuerdan lo ocurrido con la señorita Elevador y el señor Travesura? La situación ha desatado un sinfín de situaciones bastante buenas. Una de ellas es ponernos a pensar el irnos del edificio. Les confieso que la idea me llenó la barriga de muchas emociones, pues son veintidós años de historias en el mismo sitio. Llegué cuando era una niña y ahora soy una adulta.